Solo hay un bien: el conocimiento. Solo hay un mal: la ignorancia.
El aporte principal de Sócrates fue su técnica para argumentar. El método socrático tiene por objeto llegar a la verdad a través de las disensiones. Sócrates daba la razón de entrada a sus interlocutores en cuanto decían, pero a continuación les iba haciendo preguntas que llevaban a aquellos a contradecirse a sí mismos, llegando a la conclusión de que en realidad nada sabían de aquel asunto. Esto ya era un logro puesto que hacer consciente a alguien de su propia ignorancia no resulta nada fácil, además de no resultar recomendable. Entonces, continuando con las preguntas, llevaba de forma “natural” a aquel con el que conversaba a darle la respuesta que él esperaba, igual que si ya la tuviera dentro de sí y Sócrates únicamente le hubiera ayudado a verla. De hecho él mismo se comparaba con una partera que ayudaba a dar a luz ideas, en vez de niños (mayéutica). Este método tiene un mérito incuestionable, que Platón refleja, no sabemos sin con mayor o menor fidelidad, en sus Diálogos.
Yo solo sé que no sé nada.
Sócrates no pertenecía a una familia de clase alta, y antes de ser filósofo trabajó como albañil y picapedrero durante varios años. Se casó con Xantipa, una joven de aproximadamente 30 años menos que él y que, por su mal carácter y trato despectivo hacia Sócrates, al que acusaba de vago por no hacer otra cosa que charlar todo el día, ha pasado a la historia como insolente y cruel. En una ocasión cuentan que, tras una discusión, Sócrates salió a la calle y se sentó en la acera y, acto seguido, apareció Xantipa y le lanzó un cubo de agua sucia por encima. Sócrates se limitó a decir: "Es de esperar que después de la tormenta llegue la lluvia". Tenía un sentido del humor muy irónico. Igual que cuando un amigo le expresó sus dudas sobre si casarse o no con una determinada mujer, éste le respondió: "En cuanto a casarte o no hacerlo, es algo sobre lo que no deberías pensar demasiado ya que, tomes la decisión que tomes, acabarás arrepintiéndote".
La base de sus enseñanzas fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud, así como la importancia fundamental del conocimiento de uno mismo. Enseña que la verdad se encuentra dentro de uno mismo y que es mejor aceptar la ignorancia propia que afirmar falsamente lo que se cree que se sabe. Había que buscar la verdad a través de la razón. Sócrates insistía en la importancia de preguntárselo y examinarlo todo, no aceptando nada como verdad absoluta, una idea que más tarde harían propia los estoicos.
Sócrates decía que dentro de él vivía una voz interior o Daemon, que de vez en cuando intervenía para disuadirle de hacer algo cuando veía que se iba a equivocar, y al que siempre hacía caso pues nunca le había fallado.
No hagas nada que sea vergonzoso, ni en presencia de nadie ni en secreto. Sea tu primera ley respetarte a ti mismo.
Solo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento.
Sócrates fue muy crítico con la democracia ateniense, de la que tan orgullosos se sentían sus conciudadanos. Pensaba que si cuando se está enfermo no se somete a votación cómo debe curarse uno sino que debe acudirse al médico, o cuando sale a la mar una embarcación debe gobernarla el capitán y no votar cada vez que haya que tomar una determinación, resultaba absurdo que el gobierno de una ciudad estuviera determinado por la votación de ciudadanos que, en la inmensa mayoría de los casos, eran completamente ignorantes sobre las cuestiones de gobierno, y únicamente se dejaban llevar por los inflamados discursos de los populistas, que guiaban sus opiniones hacia sus propios intereses.
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